20.5.14

Cuando haces pop, ya no hay stop

Me gusta (y mucho) la idiosincrasia de popthewine.com. Comulgo especialmente con su labor desmitificadora y con su transparencia comercial. Sus responsables se definen a sí mismos como "unos fanáticos del vino" (como tantos) y su tienda virtual se anuncia (in)discretamente como una "vinoteca online de grandes vinos y pequeñas bodegas" (como tantas) pero... Su admirable filosofía se resume en unos pocos, amén de atinados, mandamientos: "pequeñas bodegas familiares que nos ofrecen grandes vinos, vinos que merece la pena recordar, pequeñas locuras y grandes apuestas"; "vinos con nombre propio, huyendo del marketing engañoso, de las etiquetas engañosas, de las marcas blancas con sonoros nombres que no se sabe quien los elabora... bodegas honestas, de calidad..."; "ninguna referencia a las guías más prestigiosas, a los gurús del vino, no vendemos etiquetas, simplemente vendemos vino". Parece sencillo pero no lo es. Debería ser lo habitual pero es bastante infrecuente.


Siguiendo lo que ya es tradición entre sus competidores, popthewine.com no se limita a ser un simple canal comercial. Para mí es, por sobre todas las cosas, el lugar por el que de cuando en cuando me doy un garbeo virtual para solazarme sin moverme de mi rinconcito tabernario. Mientras paseo entre sus contenidos, que desmontan con generosas dosis de sensatez las frivolidades consuetudinarias del (micro)cosmos enológico, aprendo y sonrío, que son dos beneficios que cada día resultan más (im)pagables. Principalmente con las tiras cómicas protagonizadas por Narciso Napia, su "sommelier snob".


Desde el 28 de junio de 2012, el tal Napia se viene dedicando con recurrente mala baba a arruinar los falsos prestigios, los bombos mutuos, las noblezas impostadas, la inútil parafernalia y, en resumidas cuentas, el postureo puro y duro que se ha adueñado, de un tiempo a esta parte, del mundillo vinícola. Narciso Napia nació para tocar las narices a sus colegas más afectados y, casi dos años después, su tarea se nos sigue antojando igual de imprescindible.


Las viñetas de popthewine.com han denunciado hasta ahora, haciendo gala de una gracia considerable, la mala praxis de los sumilleres vendemotos, el tramposeo enológico de las bodegas más indignas, el mamoneo de la crítica y las guías espirituales bienpagás... Narciso Napia no deja títere con cabeza y lo más excitante para sus seguidores es que aún le quedan muchos muros por derribar.