24.5.14

Blanco de Tempranillo 2011

Eso que los franceses llaman 'blanc de noir' no es otra cosa que vino blanco de uva tinta y, pese a la sorpresa que provoca en los neófitos, no debe ser visto, ni mucho menos, como un invento revolucionario. De hecho, gran parte del champagne (blanco) que se bebe en el mundo recurre a las variedades tintas para dotarse de equilibrio, estructura y complejidad, sin que nadie se haya llevado hasta ahora las manos a la cabeza. Esto es posible porque, salvo en contadas excepciones, la pulpa de las uvas tintas es blanca, lo que permite que su mosto pueda fermentar en solitario, convenientemente desprovisto de hollejos y del resto de los elementos que contienen coloración, dando lugar a estos grandes desconocidos del mercado vinícola.


El Blanco de Tempranillo de Pago del Vicario pertenece a esa extraordinaria categoría de vinos blancos de uva tinta, que no debe ser confundida con los diferentes tempranillos blancos aparecidos en los últimos años en Rioja, toda vez que las investigaciones de una mutación albina de la tempranillo común han comenzado a dar sus frutos y que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen ha aprobado su uso. La variedad tempranillo blanco surgió de la alteración natural de una cepa de tempranillo tinto descubierta en 1988 en la localidad riojana de Murillo de Rio Leza y, tras un exhaustivo seguimiento, se ha comprobado que lo único que la diferencia de su hermana es el color de la epidermis de la baya.

Pero el Blanco de Tempranillo es otra cosa: concretamente, un capricho de la enóloga Susana López Mendiondo para dar una lección de enología moderna al vulgo y, mayormente, para epatar con los consumidores ávidos de excentricidades; una ocurrencia elaborada exclusivamente con el mosto obtenido del prensado de la uva, fermentado a muy baja temperatura y sometido posteriormente a dos meses de bâtonnage sobre sus lías en depósito que le imprimen un carácter sin igual.

El resultado es, según la propia bodega, un caldo "amarillo pálido acerado, con ribetes verdosos, con densidad. Glicérico y muy brillante". La nota de cata oficial subraya su "expresión frutal" en nariz, "recordando a la papaya, a la ciruela y a la piel del melón, con notas de hinojo y hierbabuena", y asegura, además, que su boca es "amplia, fresca y untuosa, destacando la agradable combinación entre el dulzor frutal de la piña y la frescura de la hierba fresca". Por último, refiere una "persistencia alta" y un "postgusto largo".

Para Carlos Martín Lobera, mandamás enológico de lugerdelvino.com, este vino varietal supone "un golpe de aiere fresco para los sentidos" en el que sobresale una "cuidada acidez con notas frescas cítricas de limón y pomelo" que no puede esconder los "aromas de fruta roja fresca" de la tempranillo. En el caso de la copa con la que hoy me he refrescado en la taberna, el blanc de noir de Pago del Vicario se presentaba afeado por notables impurezas blanquecinas, que enturbiaban la copa levantando unas sospechas, en cualquier caso, insuficientes para anular todo lo relatado más arriba.


Blanco de Tempranillo

2011

Tempranillo

13,5% alcohol

Vino de la Tierra de Castilla

Pago del Vicario, Ciudad Real, Castilla La Mancha, España