16.4.14

La(s) última(s) cena(s)

Cenas postreras hay muchas pero última cena no hay más que una: la que dio inicio a lo que los cachondos de Mongolia han definido como la "yihad" de "una de las sectas más peligrosas del mundo". Con todo, ni siquiera entre ellos y ellos se ponen de acuerdo: ni en la fecha de la francachela ni en el menú servido para la ocasión. Desde antiguo, físicos, papas, arqueólogos, cocineros y demás adalides de la (seudo)investigación, han malgastado sus esfuerzos en intentar resolver una cuestión irresoluble, pues los mitos y leyendas que nos intentar vender como acontecimientos históricos están (y siempre estarán) sujetos a las más variadas interpretaciones.


El caso es que todos los años, al llegar estos días que las agencias de viaje y los pocos creyentes que van quedando han dado en llamar Semana Santa, de las fuentes (des)informativas manan infinidad de articulitos que le dan (nuevas) vueltas al asunto; y, gracias a ellos, algunos (el tabernero y yo, por ejemplo) nos alejamos cada vez más de la fe, mayormente por cuestiones de salud mental. Este año, además, nos lo hemos pasado en grande contemplando en el televisor de la taberna la ridícula aportación al tema que el paleogastrónomo (sic) Miguel Ángel Almodóvar se ha sacado de la manga al abrigo de tan magno acontecimiento. Producido al alimón por los canales temáticos Cocina e Historia, el documental referido se olvida pronto de sus sesudos propósitos iniciales para convertirse en un vanguardista retrato de los artefactos comestibles concebidos por los prestigiosos chefs Ramon Freixa y Paco Roncero a partir del (supuesto) menú de la última cena original: un nuevo trampantojo gastronómico de esos que (retro)alimentan la sociedad de bombos mutuos sostenida por los acólitos de la bullipollez.


Por eso y por mucho más, mi última cena favorita es la que orquestaron los miembros de Vampire Weekend para ilustrar a modo de videoclip 'Diane Young', el primer single de su último disco, 'Modern Vampires of the City' (2013). En ese irreverente desvarío aparecen los músicos de la banda neoyorquina, acompañados de colegas como Santigold, Chromeo, Sky Ferreira, Despot, Dave Longstreth (de Dirty Projectors) y Hamilton Leithauser (de The Walkmen), inmersos todos en un banquete gamberro y estupefaciente cuyo menú no me atrevo a enumerar aquí. Mejor, échale un vistazo.