¿Podría un gran reserva de la Terra Alta pasar por amontilliado? La respuesta es sí; al menos, si se adquiere en Lidl empeñando en la arriesgada aventura solo la calderilla que cabe en un diminuto monedero. Y eso es, justamente, lo que le ha sucedido a mi tabernero: movido por la curiosidad ante el constante cacareo de los bienpagaos prescriptores de andar por casa acerca de las excelencias de los vinos de lineal de supermercado y sus marcas blancas, el otro día le echó bemoles al asunto y se agenció un ejemplar digno de figurar, desde ya, en las páginas de lo que Florian Werner ha titulado con discreción La materia oscura, aunque su chivato subtítulo lo delate: en realidad, se trata de un pormenorizado repaso a la "Historia cultural de la mierda".
El caso es que hoy nos hemos echado unas (amargas) risas en la taberna a cuenta del brebaje en cuestión, embotellado por Viña Tridado y dado a conocer como Vespral Gran Reserva: una engañifa cuya contraetiqueta esconde una falacia para enmarcar y conservar en el museo de los horrores vinícolas: "Tras una esmerada crianza total de 60 meses, de los cuales, como mínimo 24 meses han sido en barrica de roble, este vino llega a su plenitud y obtiene un intenso color rubí. Su sabia composición de uvas Tempranillo y Cabernet Sauvignon permite un reposo de hasta 6 años en su bodega". Pero lo que uno descubre tras descorchar su tramposa botella es un artificioso caldo con el que la oxidación se ha cebado, convirtiendo lo que debería ser un vino robusto y serio en un imposible bebedizo más cercano a los generosos jerezanos pasados de rosca.
Según la web de la cadena de supermercados que lo comercializa, Vespral es un "vino de aroma potente y marcada personalidad, de agradable sensación inicial y largo postgusto"; un "vino de intensidad alta en nariz, donde destacan toques de vainilla, regaliz y ligeros tonos ahumados. Carnoso, untuoso y equilibrado en boca". Lo que pasa es que durante su descuidado proceso de crianza se han evaporado las escasas propiedades varietales conservadas tras un (aún más) descuidado proceso de selección, mal que le pese a catadores como Albert Flores i Arqué, que aseguran haber hallado en él un vino "ampli, consistent, persistent i equilibrat; afruitat a gers i groselles amb un final a fruits secs, lleugerament a albercoc i cacau".
La clave del desaguisado nos la da el traductor de Google, que en ocasiones hace gala de una inesperada agudeza: donde Lidl pretende (des)informar a sus clientes alemanes ("Nach einer sogfältigen Lagerung con insgesamt 60 Monaten"), el diccionario digital instantáneo le devuelve un zarpazo en toda la jeta ("Después de una estafa de almacenamiento sogfältigen total de 60 meses"). Ese debe ser el 'secreto de Lidl', que se vanagloria (inútilmente) de conseguir vinos de la mejor calidad al mejor precio defendiendo un exhaustivo control "desde el viñedo hasta la venta de los mismos en la tienda correspondiente, incluyendo el proceso de vinificación y embotellado"; un doble proceso que implica a "su propio instituto de control independiente" y a otro "instituto de control externo", de los cuales no se aportan más datos. Eso sí, parece ser que dicho procedimiento ha llevado a las marcas blancas de Lidl a ocupar "el primer puesto en las catas a ciegas que realizan regularmente revistas de enología líderes en el sector con muestras representativas", un hecho, empero, del que las hemerotecas consultadas no recuerdan más que aquella gloriosa ocasión en la que "la prestigiosa revista alemana Weinwirtschaft" calificó su surtido como "el mejor dentro de las cadenas de alimentación de descuento" en 2007. ¡Casi ná!
Maite Corsín, una sospechosa habitual del ibérico microcosmos enológico que asegura haber probado y puntuado más de 45.000 vinos para la Guía Peñín de los Vinos de España y otros medios especializados, concedió en cierta ocasión "un 7 de media a los vinos del Lidl", después de catar una nutrida selección de los mismos entre la que se encontraba el hermano pequeño (crianza) del Vespral que aquí nos ocupa. "Hasta los reservas y los vinos con más envejecimiento", aseguraba entonces la enoconsejera, "despistan porque son vinos que parecen más jóvenes que 'sesentones"; una observación de la que, tras la maldita ingesta de este gran reserva que ni es grande ni es reserva, solo cabe rescatar lo sustancial: los vinos de Lidl despistan; tanto, que incluso un maduro tinto del Baix Camp tarraconense podría pasar por un amontillado jerezano. Pero un amontillado malo, malísimo.
Vespral Gran Reserva
2006
24 meses en barrica de roble
24 meses en barrica de roble
Tempranillo y Cabernet Sauvignon
13% alcohol
DO Terra Alta
Viña Tridado, Les Borges del Camp, Tarragona, Cataluña, España